Santa Rosa de Osos. Es maestra en formación. Ha realizado varias lecturas de sus poemas en diversos festivales y encuentros culturales en el municipio. Algunos de sus escritos han sido publicados en las memorias de la revista de poesía Poetas Sin Voz.
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Ráfagas de desesperanza
Sólo tú sabes mis deseos más profundos,
conoces la imperfección de mi alma
y todos los demonios impetuosos que expulsan sin anestesia ráfagas de desesperanza y temor acumulados.
Te invito a beber del vino que subyace en mi boca ángel de la música,
canta y revive mi espíritu,
protégelo tal como cuidas aquel cuerpo de niña que llora bajo tus alas,
combate la fiereza de mi ser,
y jamás te alejes de este pecho que da calor a tus labios
que besan suavemente los pétalos de esta virginal y marchita rosa.
La rosa en mi pared…
Pasó de ser fotografía aquella rosa que tanto anhelé,
se hizo tan real como tu pulso y mi pulso,
se hizo tan roja como la sangre que hierve ante la emoción de un beso,
se hizo tan palpable como el terciopelo de tu sofá,
se hizo tan mística que sólo el amor mismo la sacó del papel y la metió en mi florero,
se hizo tan descarada que pasó a ser motivo de robarse mis pensamientos
y se hizo tan encantada que un día dejó de existir para sólo ser de nuevo papel, el papel de la vulgar fotografía que cuelga en mi pared.
Más allá…
Más allá de la tumba.
Más allá de esta vida existes tú.
Más allá de la lóbrega y fría tierra está el cadáver de una amante que susurró a los muertos los nombres prohibidos.
Más allá del viento se oyó la voz de la sirena que agonizó con su canto todos sus pesares.
Más allá de caminos astrales vi una figura que se acercaba cual lobo asecha la presa.
Y más allá de la Luna vi tu rostro repudiando mi esencia.
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